domingo, 8 de mayo de 2016

SAN COSME Y SAN DAMIÁN: ADELFOPOIESIS




HERMANOS JURADOS Y SANTOS FÁLICOS


Manuel Fernández Espinosa
 
 
 
Fue hace poco que un buen amigo me comentó el estupor que sintió su señora madre cuando, en el curso de un viaje por el Mediterráneo (no sé ahora en qué país), pudo escuchar de boca de una guía turística que los Protomártires y Santos Médicos Cosme y Damián, los Anárgiros, eran -al decir de la cicerone- una pareja de homosexuales. Se da la situación de que San Cosme y San Damián son los santos patronos de nuestro pueblo desde 1580 (así que imagínese el lector que esto tenía que quedar contestado), amén de patronos de médicos, cirujanos, boticarios y barberos.
 
Estamos, otra vez, ante la grosera e hipersexualista lectura de un tema poco conocido y que está siendo esgrimido por los homosexuales (sobre todo llamados cristianos): la "adelfopoiesis" (en latín "fraternitas iurata"). El teólogo ortodoxo ruso Pável Florenski aborda este asunto en su Carta 11, titulada "La amistad" que forma parte de su espléndido libro "La columna y el fundamento de la verdad": es allí donde expone toda la teoría del amor cristiano y remonta la "adelfopoiesis" a los mismos tiempos apostólicos:
 
"Vuelvo a la idea de aquella amistad entre dos que encontró su realización en medio de los discípulos de Cristo, y recuerdo de qué manera esta vinculación entre dos se expresaba en su distribución de dos en dos con vistas a la predicación. Esta amistad constituía un asunto vital, y no una colaboración pasajera y fortuita entre dos camaradas o simplemente compañeros de camino; esta estabilidad de las relaciones entre dos amigos aparece claramente indicada por la asociación, firmemente establecida, de los nombres de los apóstoles en grupos de dos".
 
Y apunta más todavía:
 
"Es indudable el fenómeno del número par de las personas portadoras del Espíritu".
 
Florenski detalla el ritual de la "confraternización eclesial" (la adelfopoiesis): no se trataba de ningún "matrimonio homosexual" como quieren dar a entender algunos interesados en ello. El mismo Florenski estaba vinculado por la "fraternitas iurata" al matemático Nikolai Luzin y ambos tenían a sus respectivas esposas, estando su heterosexualidad fuera de cualquier duda.
 
Fue el activista homosexual John Boswell (1947-1994) el que empezó a darle a la "adelfopoiesis" una interpretación homosexualista, con su libro "Same-sex unions in premodern Europe" (publicado también como "The marriage of likeness".) La adelfopoiesis no implicaba una relación homosexual, ningún ayuntamiento carnal entre los confraternizados, pero sí que pudiéramos aventurar que esta costumbre tan remota se tuvo que abolir debido a la corrupción a la que derivó en algunos casos. Se trataba más bien de una ceremonia que sellaba la hermandad entre dos personas del mismo sexo, sí: pero unidas por el vínculo de la amistad en principio casta y en el espíritu del Evangelio, cosa muy distinta es que pudiera haber homosexuales que aprovecharan esta institución para encubrir su relación bajo este "sacramental" y, si así lo hicieron, cometieron sacrilegio. Esta institución de la "confraternización jurada" no puede leerse, como quería Boswell, como indicio de tiempos más tolerantes en la historia del cristianismo para con los homosexuales, y tampoco puede extenderse la sombra de sospecha sodomítica sobre los santos pares.

Cosme y Damián muy probablemente fuesen maestro y discípulo hermanados por la "fraternitas iurata" y de ahí que la tradición los repute como hermanos, pero hermanos por vínculos sagrados, no consanguíneos. Su vínculo sagrado no comportaba ningún tipo de relación contranatura.
 
La antigüedad de los Santos Cosme y Damián (fueron martirizados en el año 300) es suficiente como para que cualquier activista homosexual pueda fabular, en su afán de justificación social, una historia aderezada con todos los elementos morbosos que quiera inventar. La desinformación común del cristiano medio podría incluso admitir todas las patrañas que puedan inventarse, pero no será por nuestro silencio.
 
Aprovecho para decir también que San Cosme y San Damián forman parte de un conjunto de santos llamados "fálicos" que formaban una larga nómina del santoral y que eran intercesores a mano de todo varón que presentara problemas concernientes a sus órganos sexuales y a su potencia sexual, a la vez que santos de la fertilidad a los que se encomendaban las mujeres que querían ser fértiles. Entre estos santos fálicos cabe mencionar a San Faustino, San Guignolé, San Gréluchon. Según Walter Schubart: "esos santos aseguraban la fecundidad de las mujeres, estimulaban a los maridos y a los amantes apáticos y curaban a los amantes desventurados de las dolencias venéreas". Cuenta el mismo Schubart que en Osternaria "los propios sacerdotes vendían falos de cera de los Santos Cosme y Damián". Téngase también en cuenta el carácter apotropaico del falo, tan antiguo como la humanidad.
 
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
"La columna y el fundamento de la verdad", Pável Florenski.
 
"Religion und Eros", Walter Schubart