miércoles, 24 de febrero de 2016

DISCIPLINA ARCANI: LA DIDÁCTICA DEL DIVINO MAESTRO


 
PARÁBOLAS PARA LOS CORAZONES DUROS, REVELACIÓN ÍNTIMA DE LOS MISTERIOS PARA LOS SEGUIDORES VERDADEROS
 
 
 
Manuel Fernández Espinosa
 
 
 
Aunque se ha dicho por activa y por pasiva que la "disciplina del arcano" encontraría su motivo en la cita evangélica: "No deis a los perros lo que es santo; no echéis vuestras perlas a los marranos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose os despedacen" (Mt. 7, 6), lo cierto es que la podemos encontrar en la misma didáctica de Jesucristo Nuestro Señor. Así, tras contar la parábola del sembrador, a su término clama: "El que tenga oídos para oír, que oiga", los discípulos inquieren al Divino Maestro por el sentido de la parábola y Jesucristo, tal y como nos lo cuenta Lucas, les respondió:
 
"Preguntábanle sus discípulos qué significaba aquella parábola, y Él contestó: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan". (Lc. 8, 9-11).
 
En latín: "Interrogabant autem eum discipuli eius, quae esset haec parabola. Quibus ipse dixit: Vobis datum est nosse mysterium regni Dei, ceteris autem in parabolis, ut videntes non videant, et audientes non intellegant". El sintagma "mysterium regni Dei" es asaz expresivo y "mysterium" traduce el griego "mistéria".
 
Marcos nos revela que "con muchas parábolas como éstas les proponía la palabra, según podían entender, y no les hablaba sin parábolas; pero a sus discípulos se las explicaba todas aparte" (Mc. 4, 33).
 
En latín: "Et talibus multis parabolis loquebatur eis verbum, prout poterant audire; sine parabola autem non loquebatur eis; seorsum autem discipulis suis disserebat omnia".
 
Marcos expresa, en unanimidad con los demás evangelistas, que la instrucción del Señor a sus discípulos es "aparte", "en privado" ("seorsum"). Con Mateo veremos que se hace en el retiro y la intimidad del círculo más estrecho del Señor, encontrando en los profetas veterotestamentarios el anticipo de esta forma de instruir en los "misterios del Reino de los Cielos".
 
Como digo, Mateo insiste en lo que Lucas nos ha dicho más arriba en cuanto a la razón "discriminatoria" de hablarle a la multitud en parábolas que "ofuscan" los ojos y se hacen tan ininteligibles para los oídos. Mateo va más allá, los discípulos le preguntan a Cristo:
 
"...le dijeron: "¿Por qué les hablas en parábolas". Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido dado conocer los misterios del reino de los cielos; pero a esos, no." Y colige Mateo: "Por esto les habló en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entiende; y se cumple con ellos la profecía de Isaías, que dice:
 
"Cierto oiréis y no entenderéis, veréis y no conoceréis. Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender en su corazón y convertirse, que yo los curaría".
 
Mateo es más generoso en dar detalles sobre esta materia, pues incluso nos cuenta el lugar, retirado de los profanos, en donde Jesucristo les explica a sus discípulos la parábola de la cizaña y el trigo: "Entonces, dejando a la muchedumbre, se vino a casa, y sus discípulos se le acercaron, diciéndole: "Explícanos la parábola de la cizaña del campo" (Mt. 13, 36-37).
 
También nos dice, un poco más arriba, que "Todas estas cosas dijo Jesús en parábolas a las muchedumbres, y no les hablaba nada sin parábolas, para que se cumpliera el anuncio del profeta, que dice:
 
"Abriré en parábolas mi boca,
declararé las cosas ocultas desde la fundación del mundo"." (Mt. 13, 34-36) 
 
Vemos así que lo que más tarde (en el siglo XVII) los eruditos llamarían "Disciplina Arcani" y en alemán "Arcandisciplin" no puede considerarse, ni mucho menos, como una innovación posterior a la misma enseñanza de la boca del mismo Jesucristo Nuestro Señor.
 
Las objeciones que pudieran hacerse a esta actitud reservada de ocultar la verdad a los que no están en condiciones de acogerla las aniquila San Agustín de Hipona que también lo tenía bastante claro comentando el pasaje de los "perros" y los "cerdos" indignos de lo santo, los primeros por el odio que les suscitan las cosas de Dios y los segundos por el desdén que manifiestan por todo lo santo y apunta que "Toda esta inmundicia se concibe por el amor de las cosas temporales, es decir, por el amor de este mundo". Agustín despeja los escrúpulos que pudieran tenerse a la hora de ocultar los "misterios", diciendo que: "El que desea, pues, tener corazón sencillo y limpio, no debe creerse culpable si oculta alguna verdad a quien no está en estado de comprenderla. Y no por eso podemos pensar que es lícita la mentira; pues no se sigue que hay mentira cuando se oculta la verdad. Comencemos primero por quitar los impedimentos que son causa de que no la comprenda; porque si no la comprende a causa de tener el alma manchada, debemos procurar que quede limpia, exhortándole, cuanto nos sea posible, con nuestra palabra y nuestro ejemplo". (San Agustín, "Libro segundo de los Comentarios sobre el Sermón de la Montaña".)
 
La disciplina del arcano queda así justificada desde la misma práctica didáctica de Jesucristo, transmitida a los discípulos. Y lo que era la instrucción "aparte" que daba el Divino Maestro a los discípulos todavía se restringe más todavía (a tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan) en ciertos ápices de la historia de nuestra salvación cuando, por ejemplo, el Señor se transfigura ante estos tres o cuando a los mismos tres los lleva consigo a Getsemaní en la misma noche en que será prendido y llevado ante el sanedrín.




Véase también: "Disciplina del Arcano: Instrucción en los Sagrados Misterios".

jueves, 18 de febrero de 2016

LA SEÑORA ELECTA


DE LA MISTERIOSA "SEÑORA ELECTA" EN LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE SAN JUAN
Manuel Fernández Espinosa
En la Segunda Epístola de San Juan, el apóstol se presenta como "el presbítero" (que aquí vale tanto como el "anciano") y saluda a una tal "Señora Elegida" (Kyria eclecté) y, al despedirse, dice "Te saludan los hijos de tu hermana Elegida".
En la versión latina, el saludo es: "Senior Electae dominae et natis eius" ("El presbítero, a la señora Electa y a sus hijos") y la despedida reza: "Salutant te filii sororis tuae Electae" (Te saludan los hijos de tu hermana Electa).
Durante mucho tiempo prevaleció una interpretación, diríamos que ingenua, la de Cornelis Cornelissen van den Steen, S. J. (más conocido por el nombre de Cornelio a Lapide, 1567-1637): el buen jesuita creía que San Juan enviaba su carta a una señora particular llamada Electa. Pero, atendiendo a la despedida, el sentido común nos dice: ¿y qué padre pone el mismo nombre a dos de sus hijas que son, la una para la otra, hermanas?
Por eso la exégesis posterior ha desechado ver aquí una carta a título personal dirigida a una dama cristiana, inclinándose más bien por la fuerza simbólica que late en este tratamiento del apóstol referido a la destinataria como a los que acompañan a San Juan: "los hijos de tu hermana Electa". La Señora Electa es la Santa Iglesia Católica y Apostólica, concretada en cada una de las iglesias particulares: el mismo San Juan en el Apocalipsis distinguirá algunas de estas iglesias particulares: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
Pero, aunque es San Juan el que emplea este nombre simbólico -Señora Electa- para la Iglesia, para entender este nombre, podemos y hemos de referirnos a otros evangelistas y apóstoles, por lo que el título de "Señora Electa", hacemos bien en suponerlo, era bastante común entre los cristianos.
¿Cómo no recordar aquel pasaje que se ha llegado a hacer proverbial y que trae San Mateo? "Multi enim sunt vocati, pauci vero electi." (Secundum Matthaeum, 22, 14): "Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos".
¿O cómo no recordar la despedida de la Primera Epístola de San Pedro? Cuando el Príncipe de los Apóstoles se despide de sus corresponsales, les/nos dice: "Salutat vos ecclesia, quae est in Babylone coelecta, et Marcus filius meus. Salutate invicem in osculo sancto": "Os saluda la iglesia de Babilonia, partícipe de vuestra elección (co-elegida con vosotros), y Marcos, mi hijo. Saludaos mutuamente en el ósculo santo". Y haremos bien en entender que esa denominada "iglesia de Babilonia" no estaba instalada en el emplazamiento geográfico de Babilonia, sino que con ese nombre se refiere a la iglesia en la que él mismo tiene su sede: Roma, entendida como una Babilonia de destierro y pecado.
Tampoco podemos olvidar a San Pablo, cuando dice en su Epístola a los Romanos: "Sic ergo et in hoc tempore reliquiae secundum electionem gratiae salvae factae sunto. Si autem gratia, iam non ex operibus: alioquin gratia iam non ex operibus: alioquin gratia iam non est gratia. Quid ergo? quod quaerebat Israhel, hoc non est consecutus; electio autem consecuta est, ceteri vero excaecati sunt, sicut scriptum est: Dedit illis Deus spiritum compunctionis, oculos ut non videant, et aures ut non audiant, usque in hodiernum diem." (Ad Romanos 11, 5ss): "Pues así también en el presente tiempo ha quedado un resto en virtud de una elección graciosa. pero si por gracia, ya no no es por las obras, que entonces la gracia ya no sería gracia. ¿Qué, pues? Que Israel no logró lo que buscaba, pero los elegidos lo lograron. Cuanto a los demás, se han encallecido, según está escrito: "Dioles Dios un espíritu de aturdimiento, ojos para no ver y oídos para no oír, hasta el día de hoy".
Por un lado, tendríamos que entender que, en medio de los judíos (que han sido llamados, pero no han respondido) y entre los gentiles (con los cuales se estaba laborando apostólicamente para traerlos a Cristo), esa mínima porción de cristianos, rodeados por la hostilidad de los hijos de las tinieblas, se sabían hijos de Dios merced a su gestación en el seno de la Madre, de la "Señora Electa" -la Santa Madre Iglesia- que los había dado a luz, tras la iniciación en los misterios, en los Sacramentos.
Es bello pensar también que el Apóstol que empleó la expresión "Señora Electa" era el mismo que, en su Evangelio, nos cuenta:
"Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su Madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la madre: Mujer, he aquí a tu hijo; Luego dijo al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa" (Juan 19, 25).
Con lo que tenemos que María Santísima es la "Señora Electa", pues Ella es la Mater Ecclesia por antonomasia. Ella es la madre que nutría, nutre y nutrirá hasta el fin de los tiempos a los hijos de Dios, a los cristianos, que si lo son, lo son por haberse gestado en su místico molde. Y así ha de ser por los siglos de los siglos: y el cristiano que no se geste en el místico e inmaculado seno de María tendrá el título de "cristiano", pero será un cristiano a medio gestar o un cristiano incompleto.
El amor y la veneración suprema a la Santísima Virgen María es señal indeleble de elección divina.




NOTA: Para la traducción de los textos al castellano, empleo siempre la Sagrada Biblia en versión de Nácar-Colunga.

LA SAGRADA CORREA DE SANTA MONICA Y SAN AGUSTIN

LA SAGRADA CORREA DE SANTA MÓNICA Y SAN AGUSTÍN


Grupo de Agustinos, ostentando
la Sagrada Correa de Santa Mónica y San Agustín













LOS CORRIGIATOS DE SANTA MÓNICA Y SAN AGUSTÍN
Por Manuel Fernández Espinosa,
 


PIADOSAS TRADICIONES DE LA IGLESIA CATÓLICA


La Historia de la Iglesia es exuberante, tan rica que siempre deparará sorpresas. La Iglesia es un Misterio Divino que más sobrecoge cuanto más se conoce de Ella. En nuestros tiempos, cuando en gran medida se ha ido perdiendo la tradición, muchas devociones, muchos símbolos eclesiásticos se nos presentan como enigmas casi indescifrables, pues el ambiente laicista (y lo que es peor: la despreocupación de los mismos cristianos) ha ido devastando la cultura religiosa: el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, la Medalla de San Benito, la Corona Angélica de San Miguel Arcángel... Y tantas y tantas otras tradiciones piadosas se han ido perdiendo o a duras penas se conservan, tantas veces sin tener noción de su origen. Entre estas devociones hallamos una que, casi prácticamente extinguida, entendemos que merece la pena que tratemos hoy por su venerable antigüedad: la Correa de San Agustín.

Según la "Aproximación a la Historia de la Iglesia en Jaén" (Obispado de Jaén, 1999), de D. Francisco Juan Martínez Rojas, en la actual provincia de Jaén hubo cuatro conventos agustinos: dos masculinos: el de San Agustín de Jaén capital (fundado en 1585) y el Santa Isabel de Huelma (1573), que el pueblo llamaba "San Agustín"; y dos femeninos: el de La Magdalena de Baeza (1568) y el de La Concepción de Cazorla (1641). La Orden de San Agustín (Ordo Fratum Sancti Augustini) había sido instaurada por el Romano Pontífice Inocencio IV en el año 1244, unificando comunidades dispersas de ermitaños que, desde el remoto siglo IV, vivían según la Regla de San Agustín.
Viviendo a fondo la espiritualidad agustiniana (uno de los santos más gloriosos de la Iglesia), en el curso de las centurias, la Orden de San Agustín dio varones de heroica virtud como San Nicolás de Tolentino, Beato Tomás de Kempis y, en España, Santo Tomás de Villanueva (que, por cierto, tenía parientes en Torredonjimeno). También santas mujeres, dotadas de dones místicos en abundancia, como fueron Santa Rita de Casia o Beata Ana Catalina Emmerick. La Orden de San Agustín también dio grandes hombres en las Letras, como Fray Luis de León; y en Jamilena tuvimos a un agustino de Huelma (nos referimos al Siervo de Dios Padre Rejas) que, tras la exclaustración de los frailes, perpetrada por el odio visceral de los liberales decimonónicos contra la Iglesia, vino a encontrar en Jamilena el apacible refugio desde el que se desplazaba para predicar a las feligresías de otras localidades próximas, como Andújar o nuestro Torredonjimeno: donde el P. Rejas se hospedaba en la calle Techada, en el domicilio de los Begara, teniendo muchos seguidores en nuestro vecindario.
Santa Mónica, pintada por Pietro de Benedetto: se aprecia muy de cerca la Sagrada Correa

SANTA MÓNICA Y SAN AGUSTÍN

Aurelius Augustinus Hipponensis, más conocido como San Agustín de Hipona, es uno de los Padres de la Iglesia Católica, Doctor y Santo. Nació el año 354 d. C. en Tagaste, una de las comunidades cristianas que florecían en el norte de África (actual Argelia), antes de ser arrasadas por el avance del Islam, y murió el 28 de agosto del año 430 en Hipona. San Agustín no solo es un Santo Padre de la Iglesia, sino que es uno de los filósofos más brillantes de la Antigüedad, extendiendo su influencia a nuestros días y siendo un prolífico autor que produjo una enjundiosa obra literaria, de entre cuyos títulos podríamos resaltar como obras monumentales "Las Confesiones" o "La Ciudad de Dios". Pese a los siglos transcurridos, la vida de San Agustín ofrece a nuestros contemporáneos una buena ocasión para darse cuenta de que la angustia vital tiene solución. San Agustín vivió con un sincero afán constante por alcanzar la verdad. Y en esa búsqueda de la verdad se extravió no pocas veces, pero el premio a su búsqueda vino al final de su vida, cuando tras equivocarse mucho, encontró en Cristo la paz que tanto ansiaba su corazón, pudiendo escribir: "Nos has hecho, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti".
San Agustín era hijo del matrimonio formado por un pagano llamado Patricio y una cristiana, la que será conocida como Santa Mónica. Se educó en el cristianismo, pero cuando creció, dotado de muchas capacidades intelectuales, encontró el cristianismo de su niñez como algo que no le satisfacía y, despreciando la religión en que lo había educado su madre Mónica, se dedicó al estudio de la filosofía pagana, cayendo en las redes de la secta maniquea. Su madre Mónica sufrió durante muchos años el desprecio con el que su hijo se refería a la religión cristiana, pero Mónica era una mujer con mucha fe que insistía, sin perder la esperanza, rogando a Dios que su hijo retornara a la religión cristiana.
Según la piadosa tradición, Santa Mónica suplicaba y suplicaba a Dios que su hijo abandonara los errores maniqueos y volviera a la fe cristiana. Y en cierta ocasión, la Santísima Virgen María se le apareció a Santa Mónica, la cual (habiéndose quedado recientemente viuda) lloraba amargamente por la mala vida de su hijo Agustín. La Virgen María consoló a la afligida madre de Agustín y le recomendó que se revistiera con un hábito negro y se ciñera un cinturón del mismo color, prometiéndole la Virgen Santísima que los que así vistieran y se ciñeran el cinturón (la Correa Negra) serían especialmente protegidos por la Virgen. Y así lo hizo Santa Mónica. Más tarde, San Ambrosio de Milán (amigo de Mónica y de Agustín) y muchos otros adoptarían este hábito y, a día de hoy, los monjes y monjas agustinos visten de tal guisa y se ciñen la venerable Correa de San Agustín y Santa Mónica.

CINTURONES MÁGICOS Y PROTECTORES DE OTRAS CULTURAS
La Correa (el Cinturón) ha sido desde tiempos ancestrales un objeto de la protección del cuerpo, correspondiente -en un orden simbólico- al símbolo visible de las virtudes morales (entre las que cabe mencionar especialmente la "castidad", como también la mortificación). La antiquísima religión de los zoroastrianos (2.000-1.000 años antes de Cristo) cuenta entre sus objetos sagrados con el llamado "kusti" (un cinturón formado de 72 hilos que corresponden a los 72 capítulos de su libro sagrado litúrgico: el Yasna del Avesta). Y en el judaísmo también encontramos "cinturones sagrados", como los que Job lega como herencia a sus hijas Hemera, Casia y Cuerno de Amaltea, según nos cuenta el apócrifo veterotestamentario titulado "El testamento de Job", de autor anónimo y fechado en el siglo I a. C. Este Job se supone que es el mismo Santo Job del "Libro de Job" que tenemos en el Antiguo Testamento; en esta narración antiquísima, cuando Job distribuye su herencia entre sus hijas, concede a sus tres hijas tres cinturones celestiales que, según Job: "No solamente podréis vivir de ellos, sino que os conducirán a un mundo mucho mejor, para vivir en los cielos" y, con esta halagüeña promesa, Job resalta que estos cinturones preservarán a quienes los lleven de las enfermedades y de la angustia. Las hijas de Job se ciñeron estos cinturones y rompieron a hablar en la lengua de los Ángeles -según nos relata el texto arriba citado (traducción de A. Piñero, "Apócrifos del Antiguo Testamento", tomo V, Madrid, Ed. Cristiandad, 1983)..
LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN Y LAS COFRADÍAS DE LA SAGRADA CORREA
Al igual que otras órdenes mendicantes, como los franciscanos y los dominicos, los agustinos contaron con una sección seglar, o lo que es lo mismo: una Orden Tercera. Los cristianos fieles laicos, vinculados con la Orden de San Agustín, componían desde 1439 la llamada Archicofradía de la Correa (por otro nombre conocida como "Societas seu confraternitas sancti Augustini": Sociedad o Confraternidad de San Agustín). Hombres y mujeres, sin profesar en la orden como monjes o monjas, podían beneficiarse de la espiritualidad agustiniana. Desde el año 1399 hubo "mantelatos" y "mantelatas" (hombres y mujeres que, sin ser monjes, vestían el hábito negro de San Agustín) y también hubo "corrigiatos" (también conocidos como los "Cinturados"; llamados así por no llevar el hábito, pero sí ceñirse el sagrado cinturón revelado por la Virgen a Santa Mónica). Estos distintivos no componían un vestuario que llevara su usuario sin ser éste probado y aceptado. Los "corrigiatos" llevaban la Correa de San Agustín, en piel negra y abrochada con hebilla ósea, pero se comprometían a rezar a diario trece Padrenuestros, trece Avemarías y una Salve y ayunaban la víspera de la Fiesta de Nuestro Padre San Agustín.

sábado, 13 de febrero de 2016

UNA SAETA MUY POCO CATOLICA

 
 
DIFERENCIAS ENTRE JESUCRISTO Y EL JESÚS DE MACHADO

Manuel Fernandez Espinosa


Es uno de los poemas más famosos de Antonio Machado, publicado en su poemario "Campos de Castilla" (1912-1917). Joan Manuel Serrat se sirvió de este poema, para hacer una de sus canciones que, con el tiempo, ha sido adaptada para ser incluso interpretada instrumentalmente por las bandas de música en Semana Santa. Pensando en las razones de la animadversión que Friedrich Wilhelm Nietzsche sentía por el cristianismo y, acordándome del poema machadiano, surgió la cuestión y -más o menos- esto fue lo que concluí: esta "saeta" no es católica, esta saeta es herética.

El poema de Antonio Machado dice así:
 
LA SAETA

"¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?"
(Saeta popular)
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!




El poeta Antonio Machado


El núcleo del poema de Machado (por el que afirmamos que esta "saeta" es heterodoxa) corresponde a los últimos cuatro versos. Es el mensaje final, que se ofrece como una conclusión:
 
"¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!"

 
En estos cuatro versos puede verse el enfrentamiento, pudiéramos decir que entre dos mentalidades: la mentalidad católica acorde con la santa doctrina y la mentalidad de Antonio Machado que, explícitamente, se aparta y reniega de la doctrinal, constituyéndose como una lectura "heterodoxa" de Jesús (nótese que para nada dice Machado "Jesucristo", sino "Cristo" una vez -para identificar una imagen cofradiera: el Cristo de los Gitanos- y, por dos veces, el poeta sevillano habla de "Jesús": nunca de Jesucristo).
 
Machado presenta lo que hemos llamado "mentalidad católica", lo que está acorde con la doctrina, pero la presenta para repudiarla, mientras cercena y sesga la doctrina católica, cortándola a medida de sus gustos. La mentalidad que rechaza es la basada en la doctrina salvífica, la que corresponde a la celebración tan española de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo Nuestro Señor: la Semana Santa. La que él propone es algo muy bien distinto a la verdad y tiene más que ver con sus personales preferencias.

Para Machado, la Semana Santa es una expresión del "pueblo andaluz", de "la tierra mía", "y es la fe de mis mayores"... Pero, sin embargo, ese Jesucristo de la fe y la tradición católicas, es un "Cristo" "siempre con sangre en las manos", "siempre por desenclavar": es "Jesús de la agonía" (el misterio de la Pasión, del dolor real que se cifra en la efusión de sangre, en los clavos y en la Santa Cruz).


Y es entonces cuando Machado reacciona, rechazando la doctrina católica, diciendo con claridad -en una interjección: "¡Oh, no eres tú mi cantar!". Y más todavía: "¡No puedo cantar, ni quiero...".

¿A quién no puede cantar -ni quiere, que son dos cosas? A Jesucristo "del madero", a Jesucristo de la sangre, a Jesucristo fijado a la cruz por los clavos, a Jesucristo de la agonía, a Jesucristo en la Cruz y a Jesucristo el de la Cruz. Aquí Machado ha operado, conscientemente o no, voluntaria o involuntariamente, una reducción del Misterio de nuestra Salvación. Para el poeta es como si no existiera más cosa que el aspecto sangriento y doloroso -la Cruz-, y nos da su peculiar versión de los Misterios de la Iglesia, presentándonoslos de modo parcial, pintándolos con los colores más funestos y sangrientos (deslizándose la imagen del catolicismo como una religión sanguinaria y macabra). Machado olvida que la Iglesia enseña que, tras la Pasión y Muerte, está la Resurrección. Pero Machado no habla de la Resurrección, sino que nos ofrece su heterodoxa reducción de Jesucristo a un "Jesús" "que anduvo en el mar"; esto es, Machado prefiere a un Jesús de los milagros y prodigios que superan la naturaleza, se muestra abierto a una interpretación de un Jesús con "superpoderes", pero no a un Jesucristo que se inmola, padece y muere para redimirnos.
 
En definitiva, Machado -al igual que Goethe y Nietzsche- huye del misterio de la Cruz. Pues, el Espíritu Santo a través de San Pablo nos lo advirtió:

“Porque los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los gentiles, mas poder y sabiduría de Dios para los llamados, ya judíos, ya griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la flaqueza de Dios, más poderosa que los hombres.” (1 Cor 22).

martes, 9 de febrero de 2016

EL VENENO DE LAS SECTAS Y SU ANTIDOTO


 

Autor: Harry Robert Mileham. Cuadro: "El flautista de Hamelin". Año: 1942.

 
 
RAZONES PARA FORTALECER
LA ENSEÑANZA RELIGIOSA
 


Manuel Fernandez Espinosa
 

Las sectas crecen en las modernas sociedades, donde tras décadas agrediendo a la familia -célula de la sociedad- se han ido destruyendo los vínculos familiares: cuando las células sociales básicas sufren una agresión de tal envergadura se resiente el tejido social, y la misma sociedad languidece y declina. Según el sociólogo Zygmunt Bauman hoy parece prevalecer la "modernidad líquida": con ello alude Bauman a este tipo de sociedad donde la revolución internáutica (las redes sociales, el chat... Y los diversos medios de comunicación internáuticos) han permitido un flujo de información y relaciones interpersonales como nunca se ha podido ver en el pasado, pero donde la mayor parte de las veces estas relaciones se muestran evanescentes y vacías por la desconfianza o la superficialidad, por la falta de contenido real, mostrando a la postre unas relaciones cuya mejor metáfora tal vez sería la sugerida por Bauman: lo "líquido" (virtual) frente a lo "sólido" (real). Tanto en el ámbito virtual como en el real, las sociedades occidentales, instaladas en un relativismo que impregna todos los órdenes, asisten al despliegue de todo un supermercado pseudo-religioso (New Age y otros fenómenos son sucedáneos espiritualoides). En este relativismo prosperan y proliferan los estafadores, los alucinados y los delincuentes pseudo-espirituales: las sectas. Y es que, contra lo que afirman los ateos y promueven los laicistas, muy a su pesar -si tuvieran inteligencia- ateos y laicistas tendrían que reconocer que la anulación de la religiosidad humana es imposible, por más que lo intenten con sus campañas propagandísticas o sus leyes inicuas que marginan, discriminan y pugnan por conducir a las catucumbas a los más diversos credos cristianos: sobre todo, asestando golpes mediáticos o físicos contra los ortodoxos y contra nosotros los católicos romanos.

Por mucho que se empeñen, en todo ser humano alentará siempre el anhelo de religiosidad. Si los canales a la religión tradicional de un país son obturados, las personas buscarán en otras partes. Y cuando eso ocurre, cuando los adolescentes y jóvenes (también afecta a los adultos) no pueden entroncar con su tradición religiosa, los adolescentes y jóvenes se convierten en fáciles presas de sectas destructivas, lideradas en tantos y tantos casos por siniestros personajes con perfil psicópata. Estos adolescentes y jóvenes, en sociedades así, como la nuestra, son captados por sectas y, una vez que caen en la trampa, experimentan una degradación de su dignidad humana: los "sectarizados" pierden su personalidad, son apartados de sus ámbitos familiar y social y son explotados laboral o sexualmente por los líderes de estas asociaciones de malhechores. En todo gurú sectario hay un peligroso flautista de Hamelin, psicópata y manipulador.

Oleg Vladimirovich Zaev, Director del Centro para la lucha contra organizaciones sectarias de Novosibirsk


Así ha pasado y está pasando en muchos lugares del planeta. Hace unos años (año 2013) fue en Rusia donde se puso en marcha un proceso judicial contra un líder sectario -Konstantin Rudnev- que fundó el "Ashram Shambala" en 1989, captando miles y miles de jóvenes, a los que sometía a prácticas aberrantes, abusando de ellos sexualmente y atentando contra los derechos de los miembros de su organización criminal. La Justicia rusa ha actuado con rigor. Pero lo que más nos ha impresionado de la noticia (que puede leerse aquí) es la magnífica conclusión que extraía de toda esta triste historia Oleg Vladimirovich Zaev, director del Centro para la lucha contra organizaciones sectarias de Novosibirsk, que propone enmendar y mejorar la legislación que aplaque esta lacra tan perjudicial y a la vez, desde las escuelas, se fortalezca y mejore la enseñanza religiosa:



"Por una parte, hay que mejorar el nivel de la educación de los ciudadanos en asuntos religiosos y, entre otras cosas, incluir clases de religión en las escuelas. Al mismo tiempo, hay que dar a conocer a la población las principales técnicas que utilizan los estafadores en el ámbito religioso y psicológico” -afirma Zaev.

 
 
Esta que aporta Oleg Zaev es una razón poderosa para defender la Enseñanza Religiosa Católica en España y no esas melífluas pamplinas que algunos tratan de argumentar (véase, aunque puede espantar por la ineficaz inanidad y la concesión a los tópicos más vanos, este decálogo que han publicado recientemente los delegados de Educación de las Diócesis de Euskadi: esas son las razones para "animar" a la inscripción de los niños en Enseñanza Religiosa: ¿qué padre o madre se dejaría convencer por esas vaguedades?).


Pero, claro: por supuesto, ni que decir tiene que la Enseñanza Religiosa Católica -que tanto bien puede hacer- requiere, para este cometido social (de interés general) un cuerpo profesoral previamente formado en el conocimiento de esos llamados "movimientos de nueva espiritualidad" (o sea: sectas), tan peligrosos para nuestros jóvenes y para nuestra sociedad, así como saber el "modus operandi" de estas organizaciones nefastas.

Las sectas son venenos de una ciénaga que crece cuando no se tienen las ideas claras desde el poder político y se ha bajado la guardia desde la religión tradicional, que tiene que salir del rincón al que la han llevado sus enemigos (no solo enemigos externos, sino tambien internos que son hasta peores.) Y en este asunto de combatir a las sectas desde la enseñanza cualquier persona con un mínimo de inteligencia, aunque no sea católico, estará de acuerdo. La mejor forma de proteger a nuestros adolescentes y jóvenes de estas organizaciones delictivas y destructivas es una buena educación religiosa y leyes que impidan que personajes execrables puedan actuar haciendo prosélitos para sus organizaciones, ámbitos en los que impunemente cometen abusos intolerables contra las personas.

Pero, en España, como es la costumbre, se preferirá seguir soplando la gaita, por parte de los católicos acomplejados y pusilánimes... Y los políticos españoles -cuya formación cultural tanto deja que desear- optarán por la "libertad religiosa", sin saber definir a ciencia cierta lo que es una "religión", sin preocuparse por distinguir una religión de una organización criminal que opera bajo cobertura pseudo-espiritual (esto es: secta).