Sacra Imagen original de Ntra. Sra. de Consolación, Torredonjimeno (Jaén) |
CONSIDERACIONES EN TORNO A LA ADVOCACIÓN DE NUESTRA PATRONA
Manuel Fernández Espinosa
En vísperas de la romería de Nuestra
Señora de Consolación no quisiera que pase la oportunidad de considerar
aquí el nombre que recibe la Virgen María en nuestra advocación local.
Es algo a lo que tal vez estamos tan familiarizados los tosirianos que,
muchas veces, se nos pasa por alto el profundo significado que
se encubre bajo el nombre que María Santísima ostenta en su
advocación de Consolación.
Sin embargo, aunque estamos familiarizados con su nombre de Consolación, notamos que este nombre mariano no es frecuente imponerlo a los niños que se bautizan en nuestras parroquias. Ya sabemos que eso de poner nombres de pila va últimamente por modas, pero constatamos que ha decaído bastante la costumbre de nombrar a las niñas tosirianas con el nombre de Consolación (buena forma de rescatar esto podría ser la de añadir el nombre de Consolación a los nombres de varón: José de Consolación, Antonio de Consolación...). Cuando se ha tenido la suerte de estudiar los libros de nuestros archivos parroquiales, tanto de la Iglesia Parroquial Mayor de San Pedro Apóstol como de la Sacra Parroquial de la Inmaculada Concepción de Santa María, puede verse que en otras épocas no era tan insólito como hoy lo parece que Consolación fuese el nombre de pila de las tosirianas.
Sin embargo, aunque estamos familiarizados con su nombre de Consolación, notamos que este nombre mariano no es frecuente imponerlo a los niños que se bautizan en nuestras parroquias. Ya sabemos que eso de poner nombres de pila va últimamente por modas, pero constatamos que ha decaído bastante la costumbre de nombrar a las niñas tosirianas con el nombre de Consolación (buena forma de rescatar esto podría ser la de añadir el nombre de Consolación a los nombres de varón: José de Consolación, Antonio de Consolación...). Cuando se ha tenido la suerte de estudiar los libros de nuestros archivos parroquiales, tanto de la Iglesia Parroquial Mayor de San Pedro Apóstol como de la Sacra Parroquial de la Inmaculada Concepción de Santa María, puede verse que en otras épocas no era tan insólito como hoy lo parece que Consolación fuese el nombre de pila de las tosirianas.
Pero no es esta cuestión la que
demanda nuestra atención. Lo que queremos es profundizar en el
significado de "Consolación". La advocación como tal tiene un vínculo
antiguo con la tradición de la familia espiritual agustiniana, como tuve
ocasión de mostrar en el artículo LA SAGRADA CORREA DE SANTA MÓNICA Y SAN AGUSTÍN.
En nuestra Diócesis de Jaén nuestra Virgen de Consolación no es la
única que lleva este nombre, también podemos encontrarla en la Patrona
de Castellar de Santisteban y, en Andalucía, la hallamos también en la
Patrona de Utrera (Sevilla).
La talla original de nuestra Virgen de Consolación fue descubierta en 1458 y, hasta donde se nos alcanza, lo fue en una cueva; según lo recoge fray Juan Lendínez: "prezedió revelación del sitio en que estaba oculto su Divino thesoro; que fue a medio quarto de legua de la Población por su parte Occidental. Cabaron en el sitio, y hallaron en una cueba subterránea la ymagen Sagrada" (transcribo el pasaje respetando la grafía de fray Juan Lendínez).
La talla original de nuestra Virgen de Consolación fue descubierta en 1458 y, hasta donde se nos alcanza, lo fue en una cueva; según lo recoge fray Juan Lendínez: "prezedió revelación del sitio en que estaba oculto su Divino thesoro; que fue a medio quarto de legua de la Población por su parte Occidental. Cabaron en el sitio, y hallaron en una cueba subterránea la ymagen Sagrada" (transcribo el pasaje respetando la grafía de fray Juan Lendínez).
Fray Juan Lendínez no ofrece una
explicación de las razones que justificarían que se eligiera la
advocación de Consolación, pero dice: "con su hermosísimo rostro llenó
de Consolación los corazones christianos... en esta sagrada Imagen
tienen los fieles de la Villa el recurso para todas las aflicciones de
la vida; como los Pueblos vezinos, esperimentando el Divino favor.
Creese ser esta Sagrada Imagen una de las que ocultaron los christianos
muzárabes en el año de 1124, en que pasaron al destierro de África".
No sabemos la razón por la cual
nuestros antepasados escogieron el nombre de Consolación. Según apuntan
algunos la Virgen se denominó en un principio Virgen de la Cueva (pero
ignoramos la fuente en que se basan para esto, pudiendo ser transmisión
oral). También hubieran podido escoger el nombre de Visitación, dado que
-como pude mostrar en las páginas de ÓRDAGO- la fiesta de Nuestra
Señora de Consolación se celebraba por el día de la Visitación, como así
se desprende de los frescos góticos que hoy pueden verse, muy
deteriorados por desgracia, en la actual sacristía que fue la ermita
primitiva y consta, en los libros parroquiales, que todavía en el siglo
XVIII referían nuestra Virgen de Consolación a la Festividad de la
Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Lo que merece
destacarse es que muy tempranamente se impone la advocación de
Consolación, relegando -en caso de haberse llamado así en su origen- el
que pudo tener de Virgen de la Cueva y no sabiéndose que jamás se
llamara de la Visitación. Para explicar que se denominara Consolación se
alude a que así la llamaron por hallarla como "consuelo" en las
mortandades que producían las epidemias y las guerras del siglo XV.
Pero, como digo, poco se puede tener claro en esta cuestión.
Consolación deriva del latín
"consolatio, -onis" y su significado es "acción y efecto de consolar" y,
etimológicamente, el verbo "consolar" ("consolari" en latín) puede
analizarse en su origen indoeuropeo: "con-" que es un prefijo que
indica unión y "solari" que viene a significar "favorecedor". Tampoco
habría que descartar que en "solari" podemos descubrir la presencia de
la palabra "sol". Los herejes cátaros tenían un sacramento que se
denominaba "Consolamentum" y algunos de los estudiosos de este
fenómeno han propuesto la etimología de "con el sol".
Sería el filósofo Boecio (nacido en
Roma aproximadamente el año 480 y ejecutado en Pavía allá por el 524 o
el 525) el que en prisión redactaría uno de los libros que incluirían el
nombre de Consolación: el "De consolatione philosophiae". En este
libro, su autor nos presenta a la Sabiduría que se le aparece para
aliviarle en la tribulación que padece en la cárcel. "De consolatione
philosophiae" es un libro muy solicitado a lo largo de todas las épocas y
León XIII llegó incluso a aprobar el culto que en Pavía se le profesa a
Boecio como mártir de la fe cristiana. El "De consolatione
philosophiae" debiera ser considerado como una de las inspiraciones para
denominar a la Virgen María como Consolación, en virtud de
corresponderle a Ella el título de "Sedes sapiéntiae" (Trono de
Sabiduría) como se le invoca en la Letanía Lauretana. Cristo, Sabiduría
Encarnada, tiene en la Virgen María su Sede, su Trono. También, en dicha
Letanía Lauretana, se la invoca a María como "Consolátrix afflictórum"
(Consoladora de los afligidos).
Pero para entender el profundo
significado de la Virgen en su advocación de Consolación tenemos que ir
sin ninguna duda al Espíritu Santo.
La tradición bimilenaria de la Iglesia
ha otorgado al Espíritu Santo algunos nombres que la teología llama
"apropiados", como son: Espíritu Creador, Huésped del Alma, Sello,
Unión, Beso, Fuente Viva, Fuego, Luz Beatísima, etcétera... y uno de los
primeros y más acrisolados que se dan, en el mismo Nuevo Testamento, es
el de Espíritu Paráclito. Es el mismo Jesucristo Nuestro Señor el que
lo llama así, como puede comprobarse en Juan 14, 16 y 26; 15, 26; 16, 7.
Aunque muchos teólogos han interpretado "Paráclito" como maestro por
decirnos Jesucristo: "os enseñará toda verdad" (Juan
14, 26), "Paráclito" es en griego "Parakletos" que significa lo que en
latín "Consolator"... Espíritu Consolador. Tenemos así que es el
Espíritu Santo, fuente de toda sabiduría y consuelo, el que está
operando a través de María Santísima en su advocación de Consolación.
Desde los orígenes de su segunda
época, desde el hallazgo de la Virgen de Consolación en 1458, ésta
devoción condensa tres grandes misterios teológicos:
-Fue descubierta en una cueva, muy
posiblemente -como apunta fray Juan Lendínez- ocultada por los mozárabes
que fueron duramente reprimidos tras la expedición de Alfonso I el
Batallador (véase mi conferencia: LA RECONQUISTA PERMANENTE).
Como imagen sagrada de la Madre, Nuestra Señora de Consolación nos
remite a la Mater Telúrica, con un profundo sentido religioso de
autoctonía: los hijos de la tierra nacen de la tierra que es su Madre.
Pudo llamarse Virgen de la Cueva.
-Fue celebrada en la festividad de la
Visitación de María a su prima Santa Isabel. Y el episodio de la
Historia Sagrada en que se refiere esta visita no es sólo el episodio
histórico de la misma, sino que, como todo lo verdaderamente religioso,
en la Visitación de María a Santa Isabel encontraron nuestros
antepasados (tenemos nosotros que reencontrarlo) el paradigma ejemplar
de la merced que nos hizo la Virgen María "visitándonos" en 1458, para
indicarnos el lugar en que habían ocultado su talla, para librarla de la
profanación, los cristícolas que sufrieron la tiranía musulmana.