jueves, 4 de junio de 2015

DANTE ALIGHIERI


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Manuel Fernández Espinosa






A Matilde, que preguntó en nuestra "escuela" por Dante.

DANTE Y SU ÉPOCA
 
La época que le tocó vivir a Dante fue de esas "épocas interesantes", que son las que desean los chinos a quien quieren maldecir. El siglo XIII asistirá al conflicto entre el Imperio y el Papado. En Italia, el Emperador tenía a sus partidarios militando en las filas del partido gibelino (que defendían el poder independiente del Emperador al margen del Papa), mientras que los papistas engrosaban las filas del partido güelfo (defendiendo la legitimidad del poder temporal que en aquel entonces tenía el Papa).


Por tradición familiar Dante pertenecía al partido güelfo, pero los güelfos florentinos sufrieron una escisión interna. En 1300, debido a alianzas y ligas familiares y no tanto a cuestiones ideológicas, se dividirían en el partido Blanco y el partido Negro. Resultado de este enfrentamiento intestino entre los güelfos florentinos el partido Blanco se aproximará a las tesis gibelinas, mientras que sus adversarios se radicalizarán a favor del Papa.


Hijo de Alighiero Di Bellincione y Gabriella, nace Dante en Florencia, capital de la Toscana (al norte de Italia), el año 1265. El nombre con que ha pasado a la posteridad -Dante- es la forma sincopada de su verdadero nombre: Durante Alighieri. A los diez años fallece su madre y el padre casa en segundas nupcias, dándole a Dante un hermano y dos hermanas. Los antepasados de Dante procedían de la antigua nobleza, pero el ascenso político-social de la burguesía relegó a la familia de Dante a una posición de segundo orden dentro de la sociedad florentina.


En 1277, siendo un niño, y tal y como establecía la costumbre medieval, su padre negocia el matrimonio de Dante con Gemma di Manetto Donati, aunque el matrimonio no llegará a consumarse hasta pasados los diez o doce años. Frutos de este matrimonio con Gemma serán sus cuatro hijos.


Parece ser que sus primeros maestros fueron los franciscanos del convento de Santa Cruz. Están también sin comprobar sus presuntos estudios en las universidades de Bolonia y Padua. Pero, independientemente de los centros en que se formara, Dante adquirió una sólida y profunda formación clásica.


Uno de los eventos biográficos más trascendentes para la vida y la obra de Dante será su encuentro con Beatriz di Folco Portinari, cuando era un niño. Beatriz era una patricia florentina que terminará casándose con un miembro de la prestigiosa familia Bardi. La Beatriz de carne y hueso, fallecida en 1290, se sublima a lo largo de la obra del poeta, adquiriendo las proporciones de una figura clave para la interpretación de la obra dantiana. Dante conoce a Beatriz cuando ambos son niños, pero lo que es un infantil amor a distancia se transfigurará en un amor platónico que inspirará la "Vita nuova" y la "Divina Comedia", obras capitales de la producción del poeta florentino.


Hacia 1285 Dante comienza su actividad poética. Se relaciona con la corriente poética denominada el "Dolce stil nuovo", convirtiéndose en uno de los mejores amigos personales del teórico y representante de esta escuela poética, Guido Cavalcanti. En los años siguientes Dante se dedica a estudiar filosofía y teología, siendo asiduo visitante de los centros intelectuales de la orden de San Francisco de Asís (franciscanos) y Santo Domingo de Guzmán (dominicos). Ahonda en sus conocimientos clásicos, especializándose en la obra de Boecio, Ovidio, Cicerón y Virgilio. También tendrá relaciones con el egregio pintor Giotto.


En 1294 compila en la "Vita nuova" la dispersa obra poética que había producido desde 1285. En la "Vita nuova" las poesías van a compañadas de comentarios en prosa del mismo autor, componiendo un hilo argumental de carácter simbólico. Aquí será donde nos cuente su amor de juventud por Beatriz. Pero las interpretaciones románticas y sentimentales de este amor son muy limitadas si prescindimos de los niveles de lectura implícitos que trataremos de explicitar.


Dante desempeñó desde 1295 destacados puestos administrativos en la ciudad de Florencia, participando en los avatares políticos de la ciudad. Partidario de las libertades de la ciudad, Dante se irá posicionando frente al poder temporal de la Iglesia y frente al Papa al que acusaba de simonía. Miembro del partido Blanco en 1301 es enviado a Roma como embajador para negociar con Bonifacio VIII que pretendía dominar la ciudad toscana.


En 1302, la alianza del Papa con Carlos de Valois y con la facción Negra de la ciudad de Florencia asesta un golpe de fuerza con el que Florencia cae en manos de los enemigos políticos de Dante. Se le confiscan sus bienes y se ve forzado a marchar al destierro, bajo la amenaza de ser quemado vivo en la hoguera si volviese. Empieza así su largo y definitivo exilio, un calvario de casi veinte años, en que irá de una ciudad a otra, soportando crisis económicas que lo sumen prácticamente en la indigencia.


Será en el destierro cuando componga los primeros cantos del Infierno, primera parte de su "Divina Comedia". También escribirá el "Convivio" y "De vulgari eloquentia", obras ensombrecidas por la "Divina Comedia". Al servicio de los gibelinos será diplomático en varias ciudades del norte de Italia hacia 1306.


Según el testimonio que nos transmite Bocaccio, Dante visita París en 1309, e incluso se supone que el poeta también visitaría Oxford. Dante vuelve a Italia, cuando es elegido Emperador Enrique de Luxemburgo, asistiendo a la coronación del mismo en 1311, año en que Dante redactó su tratado político y moral intitulado "Monarchia" que dedicaría al flamante Emperador. Entablaría una relación cordial con Enrique de Luxemburgo, pero la temprana muerte del Emperador en 1313 frustra las esperanzas de Dante, puestas en la conquista de Florencia y en la reintegración política de la península italiana.


Dante abandona su actividad política y se concentra en culminar su "Divina Comedia" que concluye en 1318 ó 1319. Al término de su vida se instala en Verona, donde gobierna su amigo Cangrande della Scala; más tarde se traslada a Rávena. En 1321 va a Venecia como delegado en misión diplomática, al regreso de Venecia cae enfermo y muere, a la edad de 56 años, en Rávena, el día 14 de Septiembre de 1321.


EL DOLCE STIL NOVO

 
Dante se incorpora al grupo de poetas que siguen los dictados de la escuela del "Dolce Stil Novo", guiada en Florencia por Guido Cavalcanti. Pero los primeros pasos poéticos de Dante estuvieron inspirados por la corriente trovadoresca y la Escuela poética siciliana. Con el "Dolce Stil Novo" el "amor cortés" ganará en Dante profundidad conceptual y refinamiento estilístico, apartándose del manierismo y la frigidez que caracteriza a la Escuela siciliana.


"Vita nuova" la compone Dante tras la muerte de Beatriz, en 1293. Esta obra, como hemos dicho más arriba, está inspirada por el "Dolce Stil Novo" y se compone de una serie de comentarios autobiográficos al hilo de su experiencia personal -amorosa y poética- que tiene como eje central la historia del amor por Beatriz. La "Vita nuova" supone por parte del autor una selección de todos los poemas compuestos hasta la fecha. Algunos de estos poemas serán incluidos en la "Vita nuova", intercalándose para reforzar los comentarios, y otros muchos se verán excluidos. El criterio que empleará Dante para la selección se guiará tanto por cuestiones estilísticas como por la densidad de la experiencia que se canta en dichos poemas. La "Vita nova" es una biografía interior, la narración de unas experiencias psicológicas suscitadas por los esporádicos encuentros con Beatriz; pero los encuentros eventuales en el plano de la vida ordinaria adquiere una dimensión intelectual y espiritual.


La intencionalidad de la "Vita nova" es la de revisar un itinerario vital que focaliza algunos de los momentos ejemplificadores que forman la "biografía moral" del poeta. Es, pues, la lectura de una experiencia amorosa cuyos hitos principales se convierten en ejemplos de enseñanza moral; a la vez que Dante trata de exponer "científicamente", sirviéndose de sus propias vivencias, la poética del "Dolce Stil Novo", cultivado por Guinizzelli y su amigo Guido Cavalcanti.


La Beatriz de carne y hueso será destilada en el proceso intelectualizador, simbolizante y poético de Dante que, desde el principio, enuncia enigmáticamente la ambigüedad identitaria de Beatriz: "...la cual fue llamada Beatriz por muchos que no sabían cómo se llamaba" ("Vita Nuova"). ¿Qué quiere decirnos Dante con esto? ¿Si la que llamaban Beatriz tenía otro nombre, cuál era el "otro nombre" de Beatriz? Trataremos de despejar esta incógnita.


La numerología -que nunca es en Dante arbitraria- también hará acto de aparición en la "Vita Nova". Y sobre todos los números, el número 9: Dante tiene 9 años cuando ve por vez primera a Beatriz, que también tiene 9 años. Recordemos que el 9 es para la tradición simbólica la imagen completa de los tres mundos: el corporal, el intelectual y el espiritual.


Con "Vita nova" Dante ensaya por vez primera el código cifrado que después, en la "Divina Comedia", será imprescindible para comprender los múltiples sentidos de la obra dantiana. Pero este simbolismo nunca es "inventado" por Dante.


La corriente "Dulce Stil Novo" tenía un núcleo denominado los "Fedeli d'Amore" (los "fieles de Amor" que aparecen citados en la "Vita nova"). Los Fieles de Amor son una confraternidad que continúa la tradición caballeresca del "amor cortés".


La tradición caballeresca tenía dos características fundamentales: la exaltación del principio femenino encarnado por la Dama virginal (Madonna, Nôtre Dame), que es trasunto simbólico de la Sabiduría Divina (Sofía). La otra característica es la intelección del Amor como fuerza irresistible que se apodera del caballero y lo conduce inexorablemente al encuentro de su Dama. Pero lo que se persigue no es la unión carnal con la Dama, sino la superación del mundo contingente, la superación de la dualidad entre Caballero y Dama por el Amor, señor y principio rector del Universo como desde la Antigüedad habían entrevisto Platón y Aristóteles.
Dante advertía en el "Convivio" que había que atender a los cuatro niveles de lectura que encierra toda obra poética auténtica. Estos cuatro sentidos se ordenan jerárquicamente. El primer nivel de un texto, según Dante, es el "literal"; en el segundo nivel el "alegórico" (verdad escondida bajo bella mentira); el tercero es el "moral" (que hay que descubrir para utilidad del lector) y el cuarto es el "anagógico" (cuando espiritualmente se expone un escrito y significa cosas sublimes de la gloria eterna).

Los Fieles de Amor eran una confraternidad que se extendía por el ámbito de las tres antiguas lenguas medievales: oïl, oc y sì. Por eso pueden rastrearse "Fieles de Amor" en la Provenza (cuna del "amor cortés"), en la zona que hoy es Bélgica y en Sicilia. A principios del siglo XX Luigi Valli se consagró a desentrañar el sentido oculto que se cifraba en los más de treinta términos que empleaban los "Fieles de Amor" en una jerga secreta que trataba de ocultar a la "gente grossa" -gente grosera- la verdad de unas experiencias que se consideraban de orden espiritual.


Entre esas experiencias estaba la del "saludo de la Dama". El "saludo" confería la salud espiritual a quien lo recibiera. No se trataba de lo que vulgarmente se entiende por "saludar" o "saludarse" (esto sería su nivel literal). El "saludo" consistía para los fieles de Amor en un rito de pasaje por el cual el caballero veía al Amor personificado en un Señor espantoso que le proporciona la "muerte aparente". Después de esta "muerte aparente" se despiertan en el caballero la visión que trasciende la esfera de las cosas ordinarias, suscitándose las fuerzas superiores que conducirán al caballero al "centro" donde reside el Amor.


LA DIVINA COMEDIA


Los primeros trabajos que ocupan a Dante para la confección de esta magna obra se sitúan allá por el año 1303. Dante nunca tituló su obra cumbre con el título que ha pasado a la posteridad: "La Divina Comedia". La "Comedia" fue subtitulada por el mismo Dante como "Poema sacro", y a partir del siglo XVI se le empezó a añadir lo de "La Divina". Esta obra, "La Divina Comedia", le valió a su autor ser considerado como "el poeta más grande del Catolicismo" (Enciclopedia Católica) y en el sexto centenario de su muerte, el Papa Benedicto XV dedicó a Dante sendas alabanzas en la encíclica "In praeclara".


Uno de los primeros comentaristas de Dante sería uno de sus hijos, Iacopo di Dante, el que dirá que "La Divina Comedia" de su padre quiere mostrar bajo alegorías los tres modos de ser de la Humanidad: el vicio que es el Infierno, el pasaje del vicio a la virtud (el Purgatorio) y la virtud -condición de los hombres perfectos- que es el Paraíso. Iacopo di Dante se apoya en una carta de su padre escrita a su amigo Cangrande della Scala en la que declara que el sujeto de su Comedia es el estado de las almas después de la muerte y, alegóricamente, el hombre, en cuanto por sus méritos o deméritos, se hace acreedor de los castigos o las recompensas divinas. En esa misma carta a Cangrande, Dante confiesa que "La Divina Comedia": "...considerada en su integridad, fue emprendida no con un fin especulativo, sino práctico [...] su cometido [...] es elevar a aquellos que viven en la infelicidad al estado de felicidad".


La Comedia está estructurada en tres partes: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, cada una de las cuales consta de treinta y tres cantos (33 fueron los años que pasó Cristo en el mundo), aunque se incorpora al Infierno el primer canto introductorio: cien cantos en total. Toda la Comedia se dispone en tercetos y cada una de sus tres partes termina con la palabra "stelle" (estrellas).


El simbolismo numérico empleado en la "Vita nova" vuelve por sus fueros en la "Comedia". El número 9 que en la "Vita..." identificaba a Beatriz será en la "Comedia" el que defina el número de círculos en los que se divide el Infierno y el número de círculos celestes. El 7 -número que simboliza el dolor- será el número de cornisas del Purgatorio por relacionarse con los 7 pecados capitales. El 666 será el número de la Bestia, tal y como en el Apocalipsis joánico (Apocalipsis de San Juan) y el 515 (cifras que suman 11, número del martirio) representa a un "enviado de Dios" que se relaciona con la concepción política que Dante tenía del Imperio.


"La Divina Comedia" nos narra el viaje de Dante a los mundos de ultratumba, acompañado por Virgilio en sus visitas al infierno y al Purgatorio. En la última parte de su viaje será la misma Beatriz la que sustituya al eximio poeta clásico. En el último canto del Paraíso, Beatriz dejará de guiarlo, y San Bernardo tomará el relevo como guía de Dante. Con San Bernardo, Dante podrá tener la visión beatífica y directa de la Divinidad.


Beatriz reaparece, como podemos comprobar. Han pasado los años: Beatriz había muerto en 1293, pero en 1303, envuelto en los problemas que le han acarreado los avatares políticos, Dante todavía consagra a Beatriz su memoria, otorgando a Beatriz un papel crucial en la "Divina Comedia". ¿Amor romántico? No sería oportuno entender desde el mostrenco sentimentalismo esta veneración a Beatriz, pues como ya nos ha dicho Dante en su "Vita nova": Beatriz "...fue llamada Beatriz por muchos que no sabían como se llamaba". ¿Cómo se llamaba verdaderamente Beatriz? ¿Cuál era el nombre verdadero de Beatriz? Beatriz se llama -para Dante y los Fieles de Amor- Sofía, o lo que es lo mismo: "Sabiduría Divina".


Pero además de Beatriz, en la "Comedia" aparecerán otras figuras femeninas: Santa Lucía (patrona de los invidentes y personificación en la obra dantiana de la Justicia divina) y la Santísima Virgen María, en quien se integran Beatriz y Lucía, Ianua Coeli (Puerta de los Cielos).


Estas son las principales claves simbólicas de la Divina Comedia, pero no las únicas. Toda la obra está impregnada de un sentido teológico, filosófico y moral que hace de ella una de las obras máximas de la civilización europea.


LA DIVINA COMEDIA EN ESPAÑA

 
Las intensas relaciones entre la Corona de Aragón e Italia durante el siglo XIV explican que ya en 1380 Dante sea citado en la obra de Bernat Metge o en la de Andreu Febrer que llegó a traducir "La Divina Comedia" por vez primera al catalán.


La influencia de la "Comedia" en la literatura castellana será más tardía, pero de mayor calado y hondura. Será el sevillano Francisco Imperial el máximo exponente del dantismo en Castilla. Franscico Imperial se dejará guiar por Dante en su "Dezir de las siete virtudes", así como Virgilio había guiado a Dante en la "Comedia".


En el "Cancionero de Baena", junto a la lírica galaico-portuguesa y la provenzal, se percibe el dantismo en autores como Ruy Páez de Ribera, Fernán Pérez de Guzmán o el Marqués de Santillana. La primera traducción de la Comedia al castellano se le atribuye a Enrique de Villena, pero esta versión traducida en prosa castellana (del año 1427) no pudo ejercer ninguna influencia por estar inédita hasta el siglo XX.


Será el Marqués de Santillana uno de los primeros que acuse la influencia dantesca en el siglo XV. En "El Infierno de los enamorados" de D. Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Hipólito acompañará al poeta, perdido en una selva que rememora la selva en que Dante se había perdido hasta encontrarse con Virgilio. El Marqués de Santillana verá los tormentos de Macías el Enamorado, Hero y Leando, Dido y Eneas... "El Infierno de los enamorados", obra del marqués de Santillana, será la que inaugure toda una serie de "infiernos": "Infierno de amores", de Guevara; "Infierno de Amor", de García Sánchez de Badajoz; o el "Purgatorio de Amor", del Bachiller Jiménez. El secretario del Marqués de Santillana, Diego de Burgos, compondrá también el "Triunfo del Marqués" en que Dante conducirá a D. Íñigo López de Mendoza hasta el templo del triunfo y su gloria.


El "Laberinto de Fortuna" (tambien llamado "Las Trescientas") es el ejemplo más ambicioso de todo un género de poemas alegóricos y didácticos de moral y política, tan abundantes en el siglo XV. Algunos críticos han afirmado que la fuente de inspiración del "Laberinto de Fortuna" es la "Divina Commedia", así pensaba el eminente polígrafo santanderino, D. Marcelino Menéndez y Pelayo. Mena pudo conocer la Comedia en Italia. Pero otro grupo de críticos piensan que el "Laberinto" enlaza más bien con la tradición francesa de literatura de Fortuna y alegórica, que empezó en el siglo XIII con el "Roman de la Rose" de Jean Meung. Será Post quien rechace toda conexión del "Laberinto" con la "Commedia", afirmando que si en algo coinciden ambas obras es por la concepción alegorizante propia de la Edad Media, seguida ambos autores -el español y el italiano.


Pero la primera traducción al castellano aparece en 1515, y será en Burgos. Aunque sólo se traduce el canto del Infierno, debido a Pedro Fernández de Villena y en copla de arte mayor, la estrofa más noble del castellano de la época. Pero con la llegada del petrarquismo al renacimiento español, el alegorismo dantesco será relegado y sustituido. Francisco de Aldana, cantado por Luis Cernuda, también muestra en algunas de sus composiciones una familiaridad con la Divina Comedia dantiana digna de notarse. 


Podríamos detectar cierta temática dantesca en "Los Sueños" de Francisco de Quevedo, aunque la intencionalidad quevedesca es la sátira, y por eso mismo "Los sueños" podrían tener más en común con las obras de Luciano de Samosata.


Dante será olvidado prácticamente en España, hasta que en el siglo XIX una serie de eruditos como Milá y Fontanals, José Amador de los Ríos y Menéndez Pelayo inician los estudios sobre la influencia de Dante en la literatura española. El romanticismo español se interesó por Dante. Gustavo Adolfo Bécquer trata ciertos episodios de la Comedia en alguna de sus rimas y Gaspar Nuñez de Arce hace una breve adaptación del poema de Dante. La mejor de las versiones castellanas en verso de "La Divina Comedia" es la que realizó Ángel Crespo en tercetos encadenados, aunque no está acompañada de un aparato crítico que facilite la comprensión.



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