domingo, 25 de octubre de 2015

LAS MANOS PARLANTES DE EL GRECO

 
 
 
ATISBOS DE PROFUNDOS SENTIDOS MÍSTICOS
 
 
Manuel Fernández Espinosa
 
 
"El Caballero de la Mano en el pecho" es un icono del arte hispánico, tratándose de una de las más famosas obras de El Greco, fechada alrededor de 1578-1580. La mano que da título al óleo, con la misma posición de los dedos, se repite en otras pinturas de El Greco: en el Cristo del Expolio (1577-1579), por ejemplo, o en el "Cristo abrazado a la cruz" (1580), si bien en el "Cristo abrazado a la cruz" la mano se posa sobre el madero de la Cruz. También en las Magdalenas Penitentes la encontramos y pudiéramos hallarlas tal vez en otros cuadros del maestro grecohispano.

 
¿Qué significa la mano en el pecho? Y, en concreto, la mano en el pecho precisamente con los dedos en la posición en que los vemos en los cuadros de El Greco. 
 
La mano contiene de suyo un simbolismo profundo y, tratándose de un pintor como El Greco, descartemos que sea algo caprichoso. El Greco, consumado maestro que pudiéramos incluso calificar de místico, reproduce la mano con los dedos en esta posición en muchos cuadros: ¿qué mensaje intenta transmitirnos?
 
La mano representa la acción, la labor, la donación, la protección, la autoridad. Si, como es el caso, se trata de la mano derecha estamos ante la mano de la consciencia y la virilidad. Puesta sobre el pecho simboliza la actitud del sabio. Pero luego vemos que los dedos corazón y anular se juntan, separándose del índice y el meñique. El dedo corazón ha representado simbólicamente el Amor y la Constancia, mientras que el anular ha sido el dedo de la Alianza (el anillo de compromiso que, al igual que el de casados, va en el anular; bien sea en el anular de la mano izquierda o en el de la diestra), el dedo anular también señala simbólicamente la superación de un estado que nos coloca en otro más elevado espiritualmente.
 
En su libro "Empresas Morales" del año 1581, Juan de Borja (1533-1606) presenta en la Empresa XXIII las figuras de una mano cerrada y otra abierta, bajo el lema "Semper eadem". La mano abierta del emblema trae los dedos en la misma posición en que los plasmaba El Greco en sus cuadros. Juan de Borja nos glosa su Empresa:
 
"Lo que más ayuda a pasar los trabajos y adversidades desta vida, es el valor y la grandeza de ánimo, porque con éste todas las cosas se tienen y estiman en poco; y así, se siente menos el perderse, porque al hombre esforzado y magnánimo, ni las prosperidades le elevan, ni los trabajos y adversidades le desmayan ni vencen; lo que se da a entender en esta Empresa de dos Manos, la una abierta y la otra cerrada, con la letra que dice SEMPER EADEM, que quiere decir: SIEMPRE ES LA MISMA. La mano abierta significa la prosperidad, la cerrada la adversidad, y así como abierta y cerrada la mano es siempre la misma, semejantemente el hombre esforzado y valeroso debe ser constante y fuerte en usar de las prosperidades, y en pasar los trabajos y adversidades con igualdad de ánimo".
 
En la glosa de la mano abierta que hace Juan de Borja nos encontramos con una interpretación moral, de cuño estoico-cristiano, sin embargo en El Greco podemos presumir que los sentidos son más profundos y de orden místico.
 
El Caballero de la Mano sobre el Pecho nos sigue interrogando desde su mutismo con un gesto, con un gesto que nos habla: siguiendo los pasos de Cristo, con su Cruz y en su Mayor Despojo, ese caballero que siempre nos ha fascinado a los españoles, ese antepasado nuestro, fue capaz de mantener el Amor con la constancia y fue fiel a sus alianzas.
 
 
 
 
 


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